En las últimas décadas, el uso del termino 'paisaje' ha sufrido tal inflacción que hoy se hace difícil saber qué queremos decir con él. En su deriva expansiva, ha arrastrado además a otros términos relacionados -paraje, lugar, país, espacio, ambiente, entorno...- con los que ha llegado a solaparse provocando un problema de indefinición que parece meramente filológico pero que, sin embargo, afecta a la conceptuación de nuestra ya de por sí tensa relación con el territorio. Por ello consideramos pertinente abrir un espacio para clarificar las relaciones entre arte, paisaje y territorio.

Poder

Es una función no exclusivamente represiva sino también creadora, generadora: “Lo que hace que el poder agarre, que se le acepte, es simplemente que no pesa solamente como una fuerza que dice que no, sino que de hecho la atraviesa, produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos; es preciso considerarlo como una red productiva que atraviesa todo el cuerpo social más que como una instancia negativa que tiene como función reprimir”. (Foucault 77: 182).
El poder no es una potestad que pueda poseerse (y que permita, por lo tanto, identificar a su poseedor), es una relación de fuerzas que se interiorizan y pugnan por dominar a un sujeto cuya actividad vital consiste en ensamblar esas fuerzas que le habitan de forma que le lleven a ocupar una posición distintiva en la red. El poder se convierte así en bio.poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario