
La visón irónica y crítica a la vez de la sociedad post-industrial, resulta en una profusión de proyectos arquitectónicos -la mayoría irrealizables- que asumen y exageran los avances de la tecnología desarrollados una vez superados los traumas de la II Guerra Mundial. Este equipo, reincide en el dibujo -como forma de hacer arquitectura-, salpicado de imágenes superpuestas y aboga por la manipulación de fotos; resultando en
collages de una forma de vida inventada más allá de la metrópolis.

Esta idea de arquitectura nómada, viaja e invade el territorio donde se asienta de repente, valiéndose de macro-estructuras capaces de soportar el equipamiento y generar el ambiente necesarios en la comunidad de destino. Es un modo de hacer "ciudad" mas libre y personalizado, donde la movilidad, el consumo, la autonomía técnica y el poder del usuario, son las características esenciales a partir de la aceptación de la moderna produción de objetos de consumo.
Además, su inclusión en áreas periféricas o en pequeñas ciudades, crea una red de información, educación y ocio que las metropoliza y las acerca al conocimiento mediado por este lenguaje del acontecimiento.
En definitiva, una arquitectura cuyos cimientos no existen, hecha de artefactos para usar y tirar y que se alimenta de la inmediatez y del espectáculo; casi una metáfora de nuestro panorama actual.
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