La imagen acuarelosa transmite ensoñación, paraíso y por lo tanto, felicidad. Un lenguaje cuidadosamente estudiado y escogido expresamente para el tipo de destinatario : el turista actual. Asistimos a una doble representación; primero a la reconstrucción real de la arquitectura de un tiempo pasado -hoy en dia cargada de atributos de valor- y luego, a su mediatización a través de imágenes anacrónicas y obsoletas desde el punto de vista técnico. Un resultado que se vende, además, aludiendo a valores de autenticidad intrínsecos -por tanto de identidad y veracidad-, como realidad de un destino idealizado.
En las últimas décadas, el uso del termino 'paisaje' ha sufrido tal inflacción que hoy se hace difícil saber qué queremos decir con él. En su deriva expansiva, ha arrastrado además a otros términos relacionados -paraje, lugar, país, espacio, ambiente, entorno...- con los que ha llegado a solaparse provocando un problema de indefinición que parece meramente filológico pero que, sin embargo, afecta a la conceptuación de nuestra ya de por sí tensa relación con el territorio. Por ello consideramos pertinente abrir un espacio para clarificar las relaciones entre arte, paisaje y territorio.
Piñeiro; Andrés, Meliá Volcán Lanzarote (2001)
La imagen acuarelosa transmite ensoñación, paraíso y por lo tanto, felicidad. Un lenguaje cuidadosamente estudiado y escogido expresamente para el tipo de destinatario : el turista actual. Asistimos a una doble representación; primero a la reconstrucción real de la arquitectura de un tiempo pasado -hoy en dia cargada de atributos de valor- y luego, a su mediatización a través de imágenes anacrónicas y obsoletas desde el punto de vista técnico. Un resultado que se vende, además, aludiendo a valores de autenticidad intrínsecos -por tanto de identidad y veracidad-, como realidad de un destino idealizado.
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