En las últimas décadas, el uso del termino 'paisaje' ha sufrido tal inflacción que hoy se hace difícil saber qué queremos decir con él. En su deriva expansiva, ha arrastrado además a otros términos relacionados -paraje, lugar, país, espacio, ambiente, entorno...- con los que ha llegado a solaparse provocando un problema de indefinición que parece meramente filológico pero que, sin embargo, afecta a la conceptuación de nuestra ya de por sí tensa relación con el territorio. Por ello consideramos pertinente abrir un espacio para clarificar las relaciones entre arte, paisaje y territorio.

Paisaje

Es la representación cultural de una perspectiva del país a la que se le atribuye valor por sí misma, independientemente de su productividad. Cuando el término paisaje olvida su origen estético ligado al desinterés, se convierte en una categoría utilitaria que la geografía, la ecología, la arquitectura o la política identifica con territorio, geografía, entorno, medio ambiente, ecosistema, naturaleza… con frecuencia para utilizar interesadamente el desinterés para oponer resistencia al consumo de ese bien no renovable que llamamos territorio. En ese horizonte político, el paisaje es el escenario social (el dispositivo de la subjetividad) en el que mis actos adquieren sentido bio.gráfico.
A diferencia de esos otros términos con vocación científica (o teológica) y no estética, el paisaje no se puede conservar ni preservar, ni tampoco convocar como un referente de verdad, sólo se puede re.presentar, poner en práctica (interpretar, actuar) como escenario de una determinada forma de ver o traer a colación para entender los fenómenos que los hacen evolucionar.
Es la trabazón la que hace paisaje, pero la trabazón no está en las cosas, que compiten entre ellas, sino en la mirada (que percibe el equilibrio en la disputa). Es lo que se ve, pero verlo requiere adiestramiento, adiestramiento en la capacidad holística y heurística de la mirada.

3 comentarios:

  1. Afirmo lo expuesto, hay paisajes para todos los gustos, como todo discurso cultural el paisaje enfatiza algunos enunciados sobre otros, paisaje es también el aparato cognitivo que relaciona uno y otro ámbito, las relaciones entre sociedad y territorio, incluso el sujeto que contempla. En el s.XVII los pintores de paisajes crearon el paisaje propiamente dicho, el paisaje pasó de los cuadros de la burguesía holandesa al imaginario universal. En el s.XIX Humboldt convirtió el valor estético en científico. La visión científica del paisaje la objetiviza, lo convierte en cosa cuando al fin y al cabo el paisaje depende “del espejo en que se mire”, sujeto y paisaje son dos entes diferentes. Entendamos la posmodernidad como una época, un paradigma o la reproducción infinita de la imagen separada de su referente pero también como el desvelamiento de la maquinaria ideológica que envuelve al paisaje, concretamente la generada por el “ojo” de Von Humboldt.

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  2. En efecto, hoy en día, "el paisaje" se ha convertido en moneda de cambio en muchas disciplinas que participan activamente en su evolución como concepto y en su "construcción". Desde ópticas parciales como la geología, la topografía, la botánica, la sociología, o el planeamiento, se esbozan tantas teorías como "tipos de paisaje" acuñados existen actualmente.

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  3. ¿Cómo es posible que el estudio del paisaje, una construcción netamente moderna, haya alcanzado su punto álgido en los últimos tiempos? Tal vez la posmodernidad significa la pugna entre los valores posmodernos y los modernos, que todavía luchan por sobrevivir, a la manera que la entiende Rosalind Krauss: la fricción de lo moderno con lo posmoderno, entremezclándose y enriqueciéndose mutuamente.

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