En las últimas décadas, el uso del termino 'paisaje' ha sufrido tal inflacción que hoy se hace difícil saber qué queremos decir con él. En su deriva expansiva, ha arrastrado además a otros términos relacionados -paraje, lugar, país, espacio, ambiente, entorno...- con los que ha llegado a solaparse provocando un problema de indefinición que parece meramente filológico pero que, sin embargo, afecta a la conceptuación de nuestra ya de por sí tensa relación con el territorio. Por ello consideramos pertinente abrir un espacio para clarificar las relaciones entre arte, paisaje y territorio.

Turismo de descubrimiento / turismo imposible

El viaje romántico presuponía el descubrimiento de nuevos territorios no hollados aún por el hombre occidental. Selvas intrincadas, una naturaleza desbordante, tipos humanos de lo más pintoresco, el viaje estaba salpicado de mil aventuras. Hoy el viaje de descubrimiento es el turismo imposible. No queda un metro cuadrado del planeta sin tematizar por la industria turística, los touroperadores organizan las actividades de ocio en los parajes más recónditos del mundo, te llevan a las profundidades de la selva amazónica y garantizan todos los percances y eventualidades que sufrían los viejos exploradores, el turista regresa a casa con la percepción de haber conquistado territorios ignotos.

1 comentario:

  1. La lectura del libro de Olivia Stone, Tenerife y sus seis satélites, nos retrotrae al momento inmediato del despegue turístico de Tenerife a mediados del s.XIX. Fue el último de los viajes de descubrimiento por las islas, por un territorio aún desconocido para el occidental europeo, el tránsito por una naturaleza desbordante, escenas costumbristas, visitas arqueológicas. La misma Olivia Stone se quejó de la falta de postales que vendieran la imagen paradisíaca de la isla dentro y fuera del archipiélago y atrajera al turismo así como información de primera mano (una guía turística para entendernos). En el prefacio podemos leer: “Es sorprendente que un país tan cerca de Inglaterra y Europa, de tan fácil acceso y que posee un clima tan saludable, sea tan poco conocido, que la información más básica que los viajeros necesitan no se pueda conseguir” (…) “Nos sorprendió descubrir que ni siquiera había una vista del Pico Teide en Santa Cruz y sólo dos desde sendos pueblos en la costa. Unas pocas fotografías de Santa Cruz y de las principales ciudades de la isla completaban la colección”. Consideremos su periplo por Canarias como el último de los viajes de descubrimiento, del turismo imposible o posible solo a través de la lectura de sus páginas, la del turismo textual, que ha instrumentalizado la nostalgia (aquello que fue y jamás volverá a ser).

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