Originalmente procede del verbo habitare que está relacionado con las características ambientales -tanto bióticas como abióticas- idóneas para que una especie vegetal o animal, desarrolle sus hábitos de vida. Su raíz ecológica alusiva básicamente a la supervivencia, se complejiza con su uso para designar también los entornos adecuados para la vida humana y amplía el significado englobando muchos mas factores culturales, económicos, institucionales, urbanísticos, religiosos, etc... El hábitat humano -rural o urbano- satisface estas necesidades particulares del individuo, pero irremediablemente involucra en su desenvolvimiento, a un conjunto de personas que viven en sociedad.
En las últimas décadas, el uso del termino 'paisaje' ha sufrido tal inflacción que hoy se hace difícil saber qué queremos decir con él. En su deriva expansiva, ha arrastrado además a otros términos relacionados -paraje, lugar, país, espacio, ambiente, entorno...- con los que ha llegado a solaparse provocando un problema de indefinición que parece meramente filológico pero que, sin embargo, afecta a la conceptuación de nuestra ya de por sí tensa relación con el territorio. Por ello consideramos pertinente abrir un espacio para clarificar las relaciones entre arte, paisaje y territorio.
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